Sexo tenemos un problema – Sexpoint Blog
Él te copa, es sensible, caballero, buen mozo…, pero no te hace ver las estrellas. ¿Qué hacer cuando el cohete tiene un desperfecto?
Es pequeño
¿Existe, en víspera de una primera noche hot, algo que nos intrigue más que esto? ¡No! Ahora, ¿qué pasa si la sorpresa no es nada generosa? ¿Cómo enfrentás este «pequeño» (¡cuac!) obstáculo? El primer paso es, por tonto que suene, ¡no desesperarse!, no decir nada que pueda herir al otro. El segundo, dejarse llevar, confiar. Los hombres poco dotados suelen desarrollar, en general, sus propias estrategias de supervivencia en el plano sexual, lo cual significa que conocen otras maneras de satisfacer a una mujer. Tal vez estés a punto de descubrir una sexualidad más intensa, habilidades especiales, zonas erógenas nuevas o posiciones estratégicas que le harán rendir lo suyo. Dale la oportunidad, por ahí encontrás que este no es el gran tema que pensabas. Ahora, si el size no es negociable para vos, asegurate de tantear bien antes de aterrizar en su planeta.
No termina nunca
Empezó como un tornado, potente, insistente, intenso. Pero ya lleva como media hora de work out y sospechás que tan bien no la está pasando. Para ser honesta, vos tampoco. Mientras lo ves moverse como loco, agitado, te preguntás: «¿Y…? ¿Para cuándo?». Pero le cuesta, le cuesta horrores, y finalmente se rinde sin su final feliz, o lo logra, para caer destrozado en un sueño profundo. What pass? El primer reflejo femenino, el de la autoinculpación, te lleva a sentir que buuuu…, seguramente no le gustás tanto. ¿Qué hay de cierto en esto? Prácticamente nada. Las causas más frecuentes son el consumo de antidepresivos o medicación, dolores coitales, problemas hormonales o trastornos de ansiedad. En algunos casos, sirve que saques la atención de él y que pruebes pasarla bien; para muchas mujeres, un viaje non stop es lo que siempre desearon.
No arranca
¡No sabemos si es un tema de batería, de motor o de falta de nafta! Si él no está pudiendo despertar a su amigo y te explica que está demasiado nervioso por esta primera vez, podés sentirte halagada. Sabelo: esta es la «falla» más común que experimenta un hombre, incluso aquellos que parecen sementales, cuando están frente a una mujer que les importa o les gusta demasiado. O sea, no necesariamente es una excusa si sucede al principio, o alguna vez aisalada. Por otro lado, que se atreva a confesártelo puede llegar a ser dulce, si te permitís verlo desde esta óptica. Sin embargo, deberías dejar de enternecerte y comenzar a preocuparte si se repite o comienza a pasar seguido. En ese caso, no te enrosques con dilemas de autoestima ni hagas drama, que es lo más común. Si la cuestión sigue baja, buscá otra conexión con él para decidir qué hacer.
Es demasiado rápido
La fiesta todavía no empezó, ¿y él ya está repartiendo los souvenirs? Algo no funciona. «Es que me gustás demasiado», es lo que oís a continuación, y no sabés si sentirte halagada o estallar de furia. ¿Qué tan cierta es su excusa? Puede ser cierta las tres o cuatro primeras veces. Luego, es hora de que empieces a considerar la posibilidad de que sea un eyaculador precoz. Los hombres con este problema responden a los estímulos casi instantáneamente. Aun si llegan a concretar la penetración, no resisten más que un par de bombeos y listo, game over. Suelen rendir un poco mejor en la segunda vuelta, pero es más por el periodo refractario que por su habilidad. Lamentablemente, esto nada tiene que ver con que vos seas tannn sexy. El eyaculador precoz se caracteriza por una falta de control más que por un exceso de sensibilidad. ¿Querés que siga participando?
Se le baja
Venían bien, estaban a full y ¡pum! Un abrupto descenso de temperatura. Vuelven a retomar, parece que todo va bien y ufff, frío otra vez. Tu nuevo amiguito no logra mantener en alerta a su propio amiguito. Con la complicación extra de que en cada caída, el preservativo se corre de lugar y puede incluso llegar a salirse dentro de vos. ¡Estrés! ¿Qué está pasando? Si él culpa al forro, creele. Muchos hombres están convencidos de que les quita sensibilidad. No es para tanto, sin embargo, tal vez él ya se haya hecho la idea. Los expertos son tajantes en su consejo. Pedile que busque ayuda para reeducar su comportamiento con un especialista o game over. Bajo ningún concepto dejes de cuidarte con alguien que tiene, justamente, un «problemita» con cuidarse. Por otro lado, también podría ser el abuso de alcohol, drogas, estrés o una real falta de deseo.
No tiene ganas
Las primeras noches que durmieron juntos, acurrucados, sin que pasara nada, te pareció romántico. Las siguientes, ya te empezó a hacer ruido. Ahora, definitivamente sabés que algo no anda bien. Si tuviste que hacer esfuerzos considerables para «convencerlo» de que activara, a esta altura ya debés estar francamente desconcertada. ¿Qué diablos está pasando? Como regla, el encuentro con una nueva pareja suele activarnos. Si a él no le está pasando, es importante saber si toma medicación, si sufrió algún trauma sexual en algún momento, si tiene conflictos con su identidad o si se trata de «asexualidad». Aunque suene extraño, muchos expertos ya hablan de este último género como una nueva orientación posible. Se trata de personas que no sienten deseo, pero que pueden acceder a complacer a sus parejas si estas los buscan o se lo piden.
¿Cuándo es un problema?
Las reglas de la sexología explican que las disfunciones son tales cuando se mantienen por más de seis meses. Este es el lapso de tiempo en el que él debe evaluar su performance. Esto no significa que vos tengas que esperar lo mismo para tomar una decisión. Si su reacción (o no reacción) se mantiene más allá de los tres o cuatro primeros encuentros, tenés razones para ponerte en alerta ya que el tema probablemente haya empezado antes que vos. En definitiva, una puede ser comprensiva y paciente siempre y cuando el candidato valga la pena y una la pase bien, si no, evitate el Premio al Remo.
¿Cómo encarar «la charla»?
Los sexólogos tienen una premisa muy interesante: si sentís tanta confianza como para tener sexo, deberías tener la misma confianza como para hablar lo que sea. Lo importante es que crees un clima en el que él entienda que puede confiar en vos, restale importancia al encuentro sexual, explicale que estás con él porque te gusta y que la cama es solo una forma más de acercarte. Después, preguntale si ya le pasó con otra mujer antes y a qué cree que se debe, y qué siente por vos. Si se abre y busca apoyo, probablemente puedan construir algo juntos, pero si se enoja, niega todo o te hecha la culpa, también sabrás qué esperar a futuro.